Taciturno y algo idiota te sigo esperando en aquel tren que aparece en cada historia y es la ostia porque no suele volver nada más que en las películas de acción...
-Dibujar su inicial por todos lados, e incluso su mano. Sonreír cuando te habla como si fuera lo más gracioso del mundo. Obsesionarte con las llamadas perdidas, su voz y sus mensajes interminables. Creer que su olor ha de formar parte de cualquier molécula de oxigeno que inspires, que sus pupilas y sus iris van a acabar de trastornarte, porque esos ojos son encantadores. Tararear esa canción porque así te acuerdas de el en todo momento. Eso, eso exactamente, es de lo que te hablaba.